miércoles, 11 de mayo de 2016

Actividad 2 Padres de familia








Carta de una profesora a los padres de familia:[i]


Les envío un cordial saludo, y espero que todos se encuentren muy bien.


Como todos sabemos, en México, la educación de nuestros niños se encuentra garantizada por el artículo tercero de nuestra Carta Magna. Aquí se especifica que la educación que nosotros, como profesores, impartimos en la escuela debe ser apegada a tres principios fundamentales; debe ser laica, gratuita y obligatoria. Sin embargo, haciendo a un lado esta incomoda palabra, dirijo estas líneas a ustedes para que juntos comprendamos ¿Por qué es importante que los niños sean enviados a la escuela?


Me gustaría iniciar por decir que el momento en que un niño va a la escuela resulta más especial de lo que nosotros a veces queremos ver. Pensemos que hasta que el niño entra a la escuela, todo lo asume como universal. Si él está acostumbrado a ver que su familia se trata con amor y respeto, pensará que en todos los demás hogares ocurre lo mismo. Pero si tristemente, él es tratado con malos modos y malas palabras imaginará que esa misma realidad se vive en todos lados, y que es la forma en la que debemos dirigirnos a otros. Pensará que al igual que en casa, todos tienen una mamá, un papá, hermanos, juguetes, se come tres veces al día, realiza oraciones hacía el mismo ser supremo, festejan las mismas fiestas y demás. La razón: ese es el mundo que conoce.


Que el niño asista a la escuela es un evento importante. La escuela suele considerarse como el primer gran cambio en la vida de los niños, como la posibilidad de echar una mirada a aquellos pequeños y diferentes mundos que suelen representar sus compañeros. Aprenderán que lo visto y vivido en casa no es lo único que existe, sino hay más. Más formas de vivir, actuar y pensar.


Los niños no vienen aquí a aprender exclusivamente español y matemáticas. En la escuela formara conocimientos útiles y que definirán gran parte de su personalidad y la forma de enfrentarse al mundo. Será ese agente socializador, complemento de la educación que ellos reciben de parte de ustedes, su familia. Nosotros como profesores no queremos suplirlos, queremos apoyarlos, pues el trabajo conjunto entre nuestros niños, ustedes y nosotros originará una mejor sociedad para todos nosotros.


Me gustaría detenerme a hablar de la competencia que se ha suscitado entre ustedes y nosotros ¿Quién tiene la verdad absoluta sobre la educación de los niños? ¿Los padres o los profesores? No intenten responder, créanme que no es necesario. Ustedes como padres, son los primeros profesores de sus hijos y quienes tienen mayor influencia en sus vidas. Por esto es importante que fomenten y mantengan lazos de amor, confianza y empatía con sus hijos. Que se involucren en el trabajo que hacemos con ellos en la escuela a través de una participación activa en su aprendizaje.


Estoy segura que ustedes y yo hemos escuchado muchas otras propuestas que implican que el niño adquiera conocimientos sin necesidad de ir a la escuela. Un ejemplo claro es el llamado Homeschooling. Debatir si los niños quedan mejor preparados o no, no es un tema que me interese abordar, pues como decíamos, el trabajo de enseñanza-aprendizaje es de compromiso, pero también, no sólo implica cuestiones académicas ¿Qué pasa con el trabajo como agente socializador que se persigue en la escuela? Sabemos que últimamente ustedes como padres tienen una gran incertidumbre sobre la escuela y el trabajo que se hace en ella. Que a veces piensan que la escuela no es el lugar más seguro para que sus hijos crezcan, que hay una falta de compromiso de parte de los profesores, que la educación que se imparte es obsoleta y es mejor intentar otras formas.


Créanme por favor cuando les digo que muchos profesores nos preocupamos por construir dentro de nuestro salón de clases, ambientes seguros e incluyentes donde sus hijos puedan desenvolverse adecuadamente. Que hay profesores que nos esforzamos para dejar de ser vistos como sólo como el profesor y ser capaces de ser una guía, un descubridor de talentos y aptitudes, un buen consejero y a veces, hasta un buen amigo. Sabemos que hay malos profesores, del mismo modo que existen malos padres, pero les reitero, si todos trabajamos por igual desde el lado que nos corresponde, poco a poco superaremos esos obstáculos.




http://www.guiainfantil.com/blog/980/padres-y-profesores-aliados-o-enemigos.html

Respecto a los contenidos que enseñamos o dejamos de enseñar en el aula, permítanme comentarles que no son a decisión nuestra. No existe esa autonomía en todos los niveles y tampoco en todas las instituciones. En un texto llamado El lugar de los sujetos en la educación y en el currículo escrito por Patricia Andrade, ella menciona la forma en la que el currículo oficial, que son aquellos temas que nos indican debemos enseñar, nos ayuda a instruir en aquellos temas que son importantes y útiles para la sociedad en la que vivimos. Los profesores enseñamos estos temas de diferentes formas, pero siempre esperando que se conviertan en conocimientos útiles.


Por favor, ¡envíenos a sus hijos a la escuela! Hablen con nosotros, de lo que es importante para sus hijos, lo que les inquieta. Participen en reuniones, en las diversas celebraciones, pues en la medida que ustedes inculquen esa participación con los de su entorno, ellos aprenderán a hacerlo igual. Estén al tanto del progreso que tiene y ayúdennos a detectar las razones que lo limitan en otras áreas. Hablen con su hijo sobre su escuela, sus profesores y los aprendizajes obtenidos.


Den oportunidad a que ellos indaguen que quieren alcanzar, hasta donde quieren llegar. Creo que a estas alturas podemos entender que el papel de la escuela no es únicamente inculcar conocimientos académicos, evaluarlos y certificarlos. También es preparar para la vida, para convivir con los demás en un ambiente incluyente, de respeto y cordialidad. Para entender la diversidad que hay, incluso en nuestros amigos y seres queridos más allegados. Tolerar esas diferencias, tomar aquellas que nos aporten y creer a partir de ellas, en lugar de juzgarlas.


Finalmente, en esta sociedad de una u otra forma todos somos educadores.






[i] Elaborada a partir de las reflexiones obtenidas de la lectura Andrade, Patricia. El lugar de los sujetos en la educación y en el currículo. Revista electrónica UMBRAL – Nº 7 REDUC, 2000.



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